Medicina Laboral

Debido al avance incontenible de la pandemia en todo el mundo, se ha adoptado una serie de medidas de prevención, para evitar o reducir los sitios contaminados con este virus, siendo una de estas medidas la fumigación haciendo uso de desinfectantes químicos. En el presente artículo explicaremos si esta medida resulta efectiva, sobre todo en los ambientes laborales, donde siempre habrá la presencia de determinado número de personas.

Efectividad del uso de desinfectantes
Algunos expertos manifiestan que para el caso de la COVID-19, no se recomienda aplicar desinfectantes en ambientes interiores ya sea mediante fumigación o nebulización de las superficies de un entorno inmediato. Esta recomendación sale debido a que un estudio demostró que el rociamiento como una estrategia concreta de desinfección no resulta eficaz para eliminar los contaminantes (virus) fuera del alcance efectivo de las zonas de rociamiento directo.
Además se destaca que esta actividad entraña riesgos para los ojos, produciendo asimismo irritación respiratoria o cutánea, poniendo en riesgo la salud de las personas presentes en dichos ambientes.

Productos químicos de desinfección
Son muchos los productos químicos empleados para la desinfección de áreas y superficies, los cuales se esparcen de manera indiscriminada durante las tareas de fumigación o nebulización, encontrándose elementos como el formaldehído, los compuestos clorados o los compuestos con contenido de amonio cuaternario. Todos estos elementos de desinfección no se recomienda su uso, pues cuando se han utilizado se logró comprobar los efectos adversos sobre la salud de los trabajadores.

Efectividad de la fumigación
La fumigación ha resultado un método poco efectivo a la hora de desinfectar superficies con riesgo de la presencia de este virus. Por ejemplo en las superficies de centros médicos, hospitales, centros de atención COVID y otros esa índole, así como los lugares de residencia de los enfermos, ya que con el uso de desinfectantes no se elimina la materia orgánica y tampoco se llega a las superficies protegidas por objetos, o superficies con elementos decorativos que impiden el libre acceso del elemento desinfectante durante el rociamiento.
Por eso los expertos recomiendan que si de todas maneras hay que aplicar desinfectantes, se haga uso de un paño o toallita empapado con el producto, ya que muchas veces estos lugares representan un riesgo latente de contagio, ya que las personas relajan sus medidas de precaución en zonas que se consideran totalmente seguras por haber sido fumigadas.

Técnicas de Desinfección
En algunos países se han aprobado el uso de tecnologías de aplicación sin contacto como es el caso de la fumigación haciendo uso de desinfectantes químicos como el peróxido de hidrógeno vaporizado, el cual es aplicado en los centros médicos de asistencia a contagiados COVID.

Asimismo se viene haciendo uso de aparatos que utilizan radiaciones UV para dichos centros, no obstante la eficacia de estas radiaciones se ven limitadas por una serie de factores, como la distancia del equipo, la dosis de irradiación, la longitud de onda e incluso el tiempo de exposición.
Además en estas técnicas se debe considerar la colocación de la lámpara; y el nivel de duración de uso que tiene. Por otro lado también influye la línea de enfoque directa o indirecta desde el equipo de radiación, así como las dimensiones y forma del ambiente que se intenta desinfectar.

Básicamente estas tecnologías se aplican en centros de atención médica, que se aplican de manera complementaria, luego de una limpieza manual al ambiente ( lo cual es indispensable), cuando los mismos ya están desocupados, ya sea por el alta de los pacientes o por el traslado de estos a otros ambientes. No se aplica en ambientes con personas presentes por la seguridad del personal y los enfermos.

Fumigación de ambientes abiertos
Expertos no recomiendan la fumigación de lugares al aire libre, como entornos abiertos de un entorno laboral, así como las calles y mercados, ya que si bien es cierto mediante estas técnicas se trata de eliminar todo tipo de agentes patógenos, no resulta del todo efectivo debido a que el desinfectante es inactivado por la suciedad y los detritos; tratándose además de zonas donde no se puede limpiar manualmente todos estos espacios para eliminar toda la materia orgánica.

Además tener en cuenta que la fumigación de superficies porosas, como las aceras y los senderos sin pavimento, representan superficies donde es menos eficaz eliminar patógenos. Incluso si no hay materia orgánica, por la naturaleza de estas superficies es poco probable que la fumigación química llegue a cubrir de manera correcta las superficies durante el tiempo mínimo para inactivar los agentes patógenos. Además tener en cuenta que las calles y aceras no se consideran reservorios de la infección por COVID-19, sin embargo la fumigación si podría resultar nocivo para la salud humana.

Desinfección al personal
Una técnica que está empezando a aplicar de forma masiva es rociar desinfectantes directamente a una persona, ya sea directo desde una mochila de fumigación, en un túnel o cámara, lo cual según expertos no es una práctica segura por lo que no se recomienda en ninguna circunstancia. Según refieren la práctica de estos métodos puede causar daños físicos y psicológicos y además no se logra reducir la capacidad de la persona infectada de propagar el virus mediante gotículas o contacto directo. Además al momento de rociar a las personas con cloro u otras sustancias desinfectantes tóxicas puede causar efectos adversos en el organismo humano, como irritación ocular y cutánea, o cuadros de broncoespasmo por inhalación e incluso efectos digestivos adversos como náuseas y vómitos, afectando asi la salud de las personas.

Fuente: https://norma-ohsas18001. blogspot.com

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